Quantcast
Channel: Valladolid, la mirada curiosa
Viewing all 516 articles
Browse latest View live

ENTRE INCUNABLES Y RAROS (Bibliotecas y VI)

$
0
0

La Biblioteca Histórica del Palacio de Santa Cruz se fundó en 1483 como parte integrante del Colegio Mayor. Su finalidad, obviamente, era ponerla a disposición del alumnado de la Universidad.  El fondo inicial se nutrió de unos 300 volúmenes del fundador, el cardenal Mendoza, y poco a poco fue creciendo con las aportaciones de los estudiantes que llegaban a licenciarse: cada uno debía donar un libro al terminar sus estudios. Evidentemente, también se fueron haciendo numerosas adquisiciones que engrandecieron el fondo bibliográfico.

Buena parte del fondo proviene de las desamortizaciones de diversos conventos vallisoletanos, como los de San Benito y San Francisco. Además de una vasta colección de los jesuitas tras su expulsión de España en tiempos de Carlos III. Libros que tenían en los conventos de San Ambrosio y San Ignacio.

Y no debe olvidarse el fondo proveniente de la biblioteca del conde de Gondomar (s. XVI-XVII) que se consideraba como la gran biblioteca de Valladolid y una de las mayores de España. El conde incluso realizó ampliaciones de su palacio (conocido como Casa del Sol)  para poder colocar su rica biblioteca.

Los libros que se ven en la biblioteca de la Universidad (que no son solo los que están en las estanterías históricas –que son los manuscritos, incunables y raros-, sino también los que se guardan en una sala anexa), datan de fechas anteriores a 1835.

 

1

Fachada del Palacio de Santa Cruz, de finales del siglo XV, con importantes reformas del XVIII. Hasta hace unos años se  creía que la intervención tan poco respetuosa con el origen Renacentista del edificio  la llevó a cabo el afamado Ventura Rodríguez. Pero lo cierto es que el agresivo carácter Neoclásico lo llevó a cabo (planos y dirección de obra), Manuel Godoy, aparejador y discípulo de Ventura, tal como ha demostrado el profesor de la Escuela de Arquitectura Daniel Villalobos

 

2

Las estanterías, del barroco,  que ahora vemos son de 1705. Y forman hasta nueve pisos

 3a

Detalle de los adornos que, además en su momento, servían para identificar las diferentes materias de la biblioteca. Su decoración se inscribe en una estética botánica, muy de moda en aquella época

 3

La biblioteca está presidida por un retrato ecuestre del Cardenal Mendoza, realizado por el pintor Manuel Peti Vander. Dos globos terráqueos, muy característicos de siglos anteriores,  flanquean el retrato

 65

El depósito de Santa Cruz puede dividirse entre manuscritos (529 volúmenes), incunables (202) y raros (147), e impresos (12.878 de los siglos XVI, XVII y XVIII principalmente). De entre los manuscritos, el más antiguo que se conserva es una copia de Los Comentarios al Apocalipsis de San Juan,  de Beato de Liébana, copiado  por Oveco en el monasterio de Valcabado  en el año 970. Popularmente se le conoce como el Beato de Valcabado o Beato de Valladolid. En la imagen se ven dos de las 87 ilustraciones del Beato: el arca de Noé y los cuatro jinetes del Apocalipsis

 4

Ejemplar del Vita Chisti Cartuxano (de Luudolphus de Saxonia, siglo XIV) traducido del latín al romance por Fray Ambrosio de Montesinos en 1502. Este ejemplar perteneció al Monasterio de San Benito de Valladolid

 7

8

Acceso a la biblioteca, cuyas puertas están decoradas por el escultor Alejo de Vahía, que también firma las ménsulas del zaguán del Palacio de Santa Cruz

 10

Imagen decimonónica de la biblioteca

 

11

Tarjeta que se exhibe en la biblioteca. El robo de libros de las bibliotecas eclesiásticas era frecuente, hasta el punto de que hubo que recurrir al Papa para que pusiera fin a este desmán. Pío V formuló un decreto en 1568 que dio lugar a varias fórmulas para disuadir a los amigos de lo ajeno, como ésta conocida como la Salmantina (por proceder de la Universidad de Salamanca), aunque hubo otras similares

 9

Y, desde luego, no se puede abandonar el Palacio sin recrearse en su magnífico patio



2017: QUE LA BELLEZA NOS ACOMPAÑE

$
0
0

Feliz año 2017, el año del bicentenario del nacimiento de José Zorrilla.

Lo que deseamos para nosotros y nuestra gente querida no sucederá si no nos empeñamos en conseguirlo. Mientras tanto, propongo disfrutar de las cosas bellas, que pueden ir desde un sencillo chozo a una obra de arte.

Por eso os dedico una de mis piezas preferidas del Museo Nacional de Escultura: Ángeles alféreces, anónimo del siglo XVII… por su serena belleza.

wp_20161211_12_23_21_pro


DONDE REPOSA HERMAFRODITA BORGHESE

$
0
0

Con la apertura en 2012 del Museo de Reproducciones, el Museo de Escultura se ha convertido en uno de los más importantes de Europa en materia de escultura. El de Reproducciones no es único en España pues, al menos, hay otro en Bilbao. Pero el de Valladolid tiene la enorme ventaja de sumarse al Nacional de Escultura creando, además, un entorno privilegiado en la calle Cadenas de San Gregorio.

En la nave central de la antigua iglesia de San Benito el Viejo (justo detrás de la Casa del Sol), se alojan a la vista del público 270 piezas. Más conocidas unas, como el Laoconte, el Discóbolo o la máscara de Agamenón, menos conocidas otras, es el caso de que al visitante se le ofrece una hermosa panorámica en conjunto y un deleite en cada pieza. Se trata de  reproducciones de obras originales expuestas en los principales museos del mundo: Nápoles, Louvre, Británico, etc.

La exposición no solo ofrece obra escultórica en diferentes materiales (yeso, bronce o piedra), sino también pictórica. En definitiva, presenta un completo conjunto de piezas que explican el cómo, a partir sobre todo del siglo XIX, se comenzó a considerar la copia o reproducción como una técnica en sí misma y una nueva forma de aproximación al arte.

No obstante, el deseo de poseer réplicas de esculturas antiguas viene de lejos. Por ejemplo, la famosa figura de Ares Ludovisi (s. IV a C) fue una de las más afamadas en el s. XVII:  Felipe IV le encargó una copia a Velázquez, y  Luis XIV obsequió a Federico el Grande con una reproducción de la misma.

Esta colección nació en 1877 y estuvo alojada en el Casón del Buen Retiro de Madrid hasta 1961. Cincuenta años después renació en Valladolid. Lo que está expuesto es solo una parte del fondo artístico pero, además, lleva aparejada una importante biblioteca especializada en el tema.

¡Qué mejor época del año que el invierno para visitar museos!

 

1a-cropFachada de la antigua iglesia de San Benito el Viejo, detrás de la Casa del Sol

 

1-crop

Panorámica general del museo

 

3

 Discóbolo, original en el Museo Británico de Londres

 4

Hermafrodita Borghese, Museo del Louvre

 5-crop

Panisco y Sátiro, modelada en 1884, el original se conserva en el Museo del Louvre

 6-crop

6a

Galo moribundo, su original, guardado en los Museos Capitolinos de Roma, data del siglo III a C. Detrás de la escultura, diversos bustos de personajes reales o imaginarios. Detalle de uno de esos bustos

 7

Esta Ariadna abandonada (copia de 1884) se trata, en realidad, de una réplica romana copiada de un original helenístico. Museos Vaticanos, Roma

 8-crop

Laoconte, vaciado en yeso en 1887, se puede ver en los Museos Vaticanos

 9

Detalle de un casco de bronce  de gladiador del siglo I d C

 10-crop

Ares Ludivisi, original en el Museo de las Termas, Roma

 11

Centauro domado por el Amor, Museo del Louvre

 13

Primer plano de Fauno Durmiente, escultura de bronce sobre una gran peana de piedra, se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Al fondo, los Retratos de El Fayúm, así conocidos por ser encontrados en momias de Egipto. La costumbre de hacer retratos realistas de los fallecidos abarca desde el siglo I a C. hasta, posiblemente, el siglo III d C

 14

Esta réplica de la  Máscara de Agamenón (metal repujado) data de 1914. Su original se remonta al s. XVI a C. y se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Se trata de una máscara fúnebre

 15-crop

Qué mejores modelos que los de este museo  para practicar el dibujo, tal como hacen estas dos personas

HORARIO: martes a sábado de 11 a 14 y 16:30 a 19:30; domingos y festivos sólo mañana. Cerrado 1 y 6 de enero; 1 de mayo; 8 de septiembre y 24, 25 y 31 de diciembre.

La entrada es conjunta con el Museo de Escultura.


VALLADOLID A VISTA DE PÁJARO

$
0
0

El ser humano siempre deseó volar, y por eso sentía envidia de los pájaros.

Hasta que algunos artefactos (supongo que los primeros globos aerostáticos) no  permitieron ver el mundo desde el aire, se buscaron las alturas naturales del terreno,  los campanarios de las iglesias o las elevadas torres de los castillos  para ampliar el horizonte de nuestra vista y obtener imágenes panorámicas: una perspectiva muy útil para tener una idea más precisa del  entorno. De ahí el valor que se daba a los planos y paisajes, especialmente urbanos.

Por eso no es de extrañar que Felipe II encargara al pintor belga Antón van den Wyngaerde (también conocido como Antonio de las Viñas o Antón de Bruselas) que hiciera dibujos panorámicas de muchas villas y ciudades españolas y, entre ellas, Valladolid.

Con este pretexto propongo un paseo panorámico por la ciudad de Valladolid: disfruten tratando de identificar los edificios y otras construcciones.

 

1-wingaerden-h-1565-tomada-de-vallisoletum

Wyngaerde, hacia 1565 (reproducido del blog Vallisoletum… excelente, por cierto). El dibujante lo hizo desde la cuesta de la Maruquesa y el perfil de la ciudad venia determinado por las torres de las iglesias

 

2-h-1574-g-braun-y-f-hohenbergius-tomado-del-catalogo-de-grabados-de-laurence-shand

Braun y F. Hohenbergius, fechado en 1575. Da toda la impresión de que se hizo desde las laderas de San Isidro. Reproducido del catálogo de grabados de Laurence Shand

 3-valladolid_1640_gabriel_meisner_sciographia_cosmica

En 1640 Gabriel Meisner representó así la ciudad. Colección de Sciographia Cósmica

 4-litografia-1854-alfred-guesdon-tomada-del-blog-domus-pucelae-valladolid-grabado-de-alfred-guesdon

Seguramente desde un globo, tal como relata en el blog Domus Pucelae (no perdérselo),  Alfred Guesdon realizó esta litografía en 1854. Hacia mitad de la imágen, la antigua academia de Caballería, de forma octogonal, y en primer plano la puerta del Carmen, por donde salía la carretera o camino de Madrid. El Campo Grande aún no tenía el porte arbolado actual y era lugar de muchas actividades festivas, deportivas y militares. Un poquito más arriba del edificio octogonal destaca el arco de la Puerta del Campo, al inicio de la calle Santiago

 5-1864

El monasterio de Nuestra Señora de Prado. Foto de 1864 tomada por J. Laurent

 6-pza_zorrilla_1900_22

Plaza Zorrilla, año 1900, el poeta recién subido a su pedestal

 7-vista-aerea-estacion-del-norte-1907

Vista de la Estación del Norte en 1907

 7-vvmatadero-municipal_1935

El matadero municipal, 1935: recién construido

 10-amva-1960

Fotografía tomada por Filadelfo en 1946. A la izquierda, la cubierta del Mercado de Portugalete (Archivo Municipal de Valladolid –AMVA-)

 11-vista-aerea_1970

Año de 1970, ya varios puentes salvaban el Pisuerga para colonizar las antiguas Huertas del Rey (AMVA)

 12-vista-aerea_zorrilla-1972

La plaza Zorrilla en 1972. Aún existía  el cine Pradera y se estaba comenzando a construir la casa de la esquina con calle Santiago (AMVA)

 13-ac_recoletos_05

Acera de Recoletos y paseo central del Campo Grande: todavía servía de aparcamiento

 14-amva-1982-velodoromo-narciso-carrion-antres-de-su-inauguracion

Velódromo Narciso Carrión en 1982, a punto de ser inaugurado. Está en las instalaciones deportivas de la carretera de Renedo. Y no reúne dimensiones adecuadas para acoger competiciones oficiales.  (AMVA)

 15-amva-1982

Y también en 1982 el recién construido Nuevo Estadio José Zorrilla. Ese año conoció tres partidos del Mundial de Fútbol… Naranjito hacía furor. El estadio se había inaugurado en febrero con un partido contra el Athletic Club: los blanquivioletas ganaron 1-0 (AMVA)

 16-endasa

17-vista-aerea_sava

Endasa  (en la carretera de Cabezón) y la vieja Sava -hoy Iveco-. (AMVA)

 18-vista-aerea_talleres-renfe-1999

Talleres de Renfe, 1999. Estaba “naciendo” el parque de la Paz : abajo a la izquierda (AMVA)

 18-vv-vista-aerea-puentes-2015

Año 2015, tomada por mí desde un globo…

 19-amva-1940-coleccion-luis-diaz-caneja

… Y, finalmente, un curioso plano de 1940 de la colección Luis Díaz Caneja (AMVA)


HOMENAJE A LOS FOTÓGRAFOS: LOS FILADELFO COMO EJEMPLO

$
0
0

Valladolid ya en  los albores de la fotografía tuvo excelentes fotógrafos, aficionados o profesionales, que dejaron para la posteridad numerosos testimonios de ambientes, acontecimientos, personajes y monumentos. Gracias a ellos conocemos mucho mejor la historia del último siglo y medio de  nuestra ciudad, porque no solo está en legajos, libros y periódicos, sino también en imágenes.

Desde el principio, el objetivo de aquellas rudimentarias cámaras captó todos los asuntos de la vida vallisoletana: desde los más cotidianos hasta los más pomposos.  Bodas, entierros, procesiones, manifestaciones, desfiles, ferias, deportes, accidentes, inauguraciones, visitas reales, edificios… todo, absolutamente todo ha  pasado (y posado) delante del ojo atento y curioso del fotógrafo.

Las imágenes que nos han legado Clifford, Gilardi, Carvajal o Laurent son sinónimo de testimonios históricos impagables.

Pero no solo aquellos más afamados han rendido un impagable servicio a la historia, pues ahí están también los Cacho o los Filadelfo (tanto en sus colaboraciones en prensa como en sus estudios)… O  Bariego, o  Garay… y los Muñoz, unos “minuteros” (pues entregaban las fotos en escasos munitos), antecesores de una puñado de fotógrafos que, ya  entrado el siglo XX, se apostaban cada domingo y festivo en la plaza Zorrilla para retratar a cuantos paseantes quisieran tener o regalar  un retrato: novios, soldados, estudiantes, familias enteras…

Creo que  aún está por llegar un adecuado reconocimiento a aquellas generaciones de fotógrafos que nos han permitido conocer con gran detalle la historia reciente de Valladolid. Porque en general solemos detenernos en las fotografías más antiguas de la ciudad (que llevan la firma de los más afamados),  acaso sin darnos de que un buen número de profesionales, con sus modestas pretensiones –que casi siempre son el cómo ganarse la vida, que ya es mucho-, sin embargo han dejado un reguero de imágenes imprescindibles para conocer la vida cotidiana que, en definitiva, es la que más nos atañe.

En cualquier caso, resumir la historia de la fotografía de Valladolid en cuatro párrafos sería tan pretencioso como harto imposible. Al lector más interesado le remito al interesantísimo  libro de Ricardo González Luces de un siglo. Valladolid en la fotografía del siglo XIX, editado en 2001 por El Norte de Castilla y Caja Duero (Lovader Ediciones). En él, al menos, se relata el inicio de la fotografía. A falta de que alguna vez se aborde el siglo XX.

Por eso,  esta entrega de “Valladolid, la mirada curiosa”, quiere rendir homenaje a aquellos fotógrafos, y para ello lo hago mediante una selección de  fotografías de los Filadelfo González (padre e hijo) que he obtenido básicamente en el Archivo Municipal de Valladolid.

Filadelfo padre, nacido en 1885,  comenzó a ejercer en 1915, igual que el primer Cacho (Patricio). Padre e hijo trabajaron  en su estudio, en la calle y para diversos periódicos locales, por lo que nos han dejado el relato en imágenes de  casi un siglo del Valladolid cotidiano.

Todas las fotografías, salvo las que  indiquen otra cosa, están obtenidas del Archivo Municipal de Valladolid (AMVA).

 

a-1936-todocoleccion

Año de 1936, en plena Guerra Civil. Valladolid: Hospital de  Sangre de Renovación Española (reproducida de Todocolección)

 

c-1947-vista-panoramica-desde-la-torre-de-la-catedral-crop

Panorámica desde la torre de la Catedral, año 1947 . La torre que destaca es la de la iglesia del Salvador

 

d-anos-50-linea-1-crop

Plaza Zorrilla años 50 línea 1 de autobuses urbanos. Entonces el transporte urbano lo gestionaba la empresa Carrión, hasta que en 1979 se inicia el proceso de municipalización que desembocó en la creación de AUVASA en 1982

 

e-anos-50-crop

Arbolada Plaza Mayor años 50: el yugo y las flechas presidía la fachada del Ayuntamiento, y las columnas servían de soporte para anuncios de los cines de la ciudad

 

f-plaza-de-la-rinconada-anos-50-crop

 

Década de los 50: plaza de la Rinconada: línea correos- canal de Castilla

 

g-el-campillo-s-se-derribo-en-1956-crop

El mercado del Campillo, en la foto, se desmontó en 1957 

 

h

Años 60 procesión de Domingo de Ramos en la calle de Platerías 

 

i-anos-60-calle-maria-de-moina-linea-1-htel-inglaterra-crop

El bus urbano entra en la calle María de Molina (años 60) viniendo desde plaza Santa Ana: coches aparcados frente a la fachada del Hotel Inglaterra. Inaugurado en 1886, tras la Guerra Civil cambió su nombre por Hotel de los Italianos, más del agrado de la ideología dominante en aquella época

 

j-duque-de-la-victoria-anos-60-crop

Calle Duque de la Victoria, década de los 60

 

k-1960-actividad-en-un-silo-crop

l-1960-cribando-trigo-crop

Trabajos en su silo… camiones, tractores, caballerías… El régimen emanado de la Guerra Civil fue muy obsesivo en asegurar  suministro de cereal

 

ll-anos-60-locomotora-saliendo-de-la-estacion-de-san-bartolome-crop

Locomotora saliendo de la estación de San Bartolomé en dirección a Medina de Rioseco. El tren burra de dejó de circular en 1956

 

m-1961-torrelobaton-crop

Charlton Heston (o su doble) cabalgando en Torrelobatón cuando en 1961 se rodaron en aquel municipio escenas de la afamada película de El Cid

 

mm-sin-fecha-calle-san-isidro-alfondo-esta-la-plaza-circular-todavia-nohabia-tunel-crop

Paseo de San Isidro, al fondo está la plaza Circular cuando aún no se había construido el paso subterráneo, que se inauguró en 1959

 

n-primeros-70-derribo-iglesia-de-san-ildefonso

Derribo de la iglesia de San Ildefonso, a primero de los años 70…

… y, a continuación algunos alcaldes y autoridades de Valladolid retratados por la cámara de los Filadelfo

 

xxxxxx-1928

Corría el año 1928. Entre otros, y sentados de izquierda a derecha: arzobispo Gandásegui, el infante Juan Manuel (segundo hijo de Alfonso XIII)… y el último de la derecha, el alcalde Arturo Illera Serrano 

 

xxxxxxxanos-40-funoll

Luis Funoll y Mauro, alcalde que en 1939 inauguró la rehabilitación de la fuente el Sol (la efeméride está grabada en el muro de la fuente)

 

x-1963-crop

Santiago López González, foto de 1963. Fotografía tomada en su domicilio  el día de Reyes. Fue alcalde entre 1961 y 1965

 

zzzzzzzzanos-60-santiago-juarez-y-otros-concejales-incluida-teresa-inigo-de-toro

Antolín de Santiago y Juárez (segundo por la derecha), en los años 60,  junto a Teresa Iñigo de Toro, que entre otras actividades fue famosa periodista radiofónica. Antolín de Santiago ejerció de alcalde entre 1971-1974

 

z-1983-bolanos-crop

Tomás Rodríguez Bolaños (tercero por la derecha) fue alcalde de la ciudad entre 1979 y 1995 ( a su derecha el teniente de alcalde Manuel González)…

 

colecc-joaquin-diaz-2-crop

thumbnail_wp_20170106_12_19_56_pro-crop

…. y no  dejamos pasar la oportunidad de rendir homenaje a los Muñoz, minuteros del Campo Grande: Marcelino Muñoz (de la colección Joaquín Díaz); y escultura  de Eduardo Cuadrado sita en el Campo Grande en recuerdo de los Muñoz


EL CAMINO REAL DE ARAGÓN Y LAS MAMBLAS DE TUDELA

$
0
0

Muy perdido en la memoria de la gente, pero no desaparecido, el Camino Real de Aragón, que también se conoce como camino o senda de los Aragoneses, fue un importante itinerario medieval de la España interior. Servía de vía de comunicación entre los reinos de Castilla y Aragón y para ello atravesaba de Este a Oeste la provincia de Valladolid siguiendo el curso del Duero por su orilla derecha. Una desafortunada señalización en los mapas topográficos actuales y algunos percances naturales que han desdibujado el camino en algún tramo, contribuyen aún más si cabe a borrar las huellas del camino que, sin embargo, aún perviven y son visibles.

Este camino, que viene de Roa de Duero, entra en Valladolid por Corrales de Duero y, además de poblaciones, fue buscando algunas grandes granjas (Sardoncillo) e importantes monasterios, como el de San Bernardo o el de Abrojo. Debe tenerse en cuenta que los que lo transitaban necesitaban de lugares donde ampararse durante la noche, proveerse de viandas y guarecerse en días de adversas condiciones climáticas.

Ahora, con las  autopistas sobre las que circulan grandes camiones cargados de mercancías y vehículos confortables a alta velocidad, ya no se es consciente de que apenas hace cien años aún los desplazamientos entre poblaciones se hacían a pie, salvo nobles y burgueses que disponían de caballerías.

Antiguamente la mayoría de la población moría donde  nacía, y apenas hacía largos desplazamientos. No obstante, el camino Real de Aragón fue vía de comunicación para las más diversas necesidades: las migraciones para trabajos temporeros; los soldados de permiso o de vuelta a casa tras su licencia;  familias que tenían que atender el duelo de deudos cercanos… Por el camino trajinaban profesionales que iban a ofrecer su pericia pueblo por pueblo (alarifes, lañadores, cómicos, curanderos…), vendedores ambulantes y hortelanos de ligera carga. Seguramente, además, había cacharreros ofreciendo cántaros y otros recipientes.

Tampoco faltarían letrados y litigantes camino de los juzgados y la Chancillería vallisoletana —era un foco de actividad muy importante—, hidalgos y nobles que iban y venían a atender sus intereses a la Corte, a las ciudades principales (Valladolid, Zaragoza…) o a sus posesiones de los municipios del camino. Y monjes y frailes de los conventos ribereños del Duero, que con alguna frecuencia viajaban para atender asuntos y pleitos relacionados con sus extensas y repartidas propiedades: pastos, molinos, tierras de labranza…

… Y ¿por dónde viajó nuestro insigne Conde Ansúrez cuando marchó a defender los intereses de su yerno y nieto en las tierras catalanas de Urgel, sino por este camino?

El Camino Real de Aragón a su paso por Valladolid también ha servido para alimentar la fantasía, pues en Tudela de Duero algunas familias cuentan a sus hijos que cada 6 de enero los Reyes Magos vienen por el camino de los Aragoneses. Y no mienten, pues el camino viene de Oriente.

Pero aquellos desplazamientos necesitaban, además de aldeas o granjas donde refugiarse, de accidentes geográficos que permitieran a los viajeros orientarse y verificar que se hallaban en el buen camino: ríos, arroyos, grandes árboles, montes… en fin, alguna singularidad del paisaje que es, en definitiva, lo que ofrecen las Mamblas de Tudela a cuyos pies vamos a recorrer un tramo del Camino Real de Aragón y luego subirlas para disfrutar de espléndidos paisajes. Será un paseo de apenas un par de horas.

Iniciamos nuestro paseo por un camino que nace al pie de la carretera que desde Tudela lleva a Villabáñez.

 

1

La senda de los Aragoneses entra en el término de Tudela de Duero después de haber salvado los cortados de Peñalba, y tiene su principal referencia en las llamadas Mamblas. El término mambla viene del latín “mamma”… mámula… es decir mama, teta, pecho como queda de manifiesto en el perfil que ofrecen las de Tudela

 2

Atrás, salvado Peñalba dejamos una de las Mamblas. Hay que aclarar que las llamadas Mamblas de Tudela son, en realidad tres picos: el de la Mambla a la izquierda, el de la Cuchilla, a la derecha y, lo dicho, otra Mambla que apunta a Villabáñez

 
3

4

5

Aunque llegó al siglo XX muy en desuso para comunicar los reinos de Aragón y Castilla, sí ha continuado su uso al menos en los tránsitos interiores: en el puente medieval sobre el arroyo Jaramiel, al pie de la Mambla de Tudela (allí donde a la derecha un amplio camino se adentra en el valle del Jaramiel), se atestiguan obras de consolidación en 1892, tal como reza en la piedra clave que mira hacia el Sur. En este punto volvemos sobre nuestros pasos para subir a la Mambla

 6

8

Según ascendemos el camino que separa la Mambla y la Cuchilla, veremos algunas arruinadas construcciones que seguramente tengan que ver con el uso militar que  la Mambla tuvo brevemente, y con la actividad de extracción de yeso de una mina que todavía conserva en su vientre…

 7

… También se ha escogido como lugar ideal para sendos depósitos de agua con los que, junto a los que hay en Piña de Esgueva,  abastecen a los municipios  del valle del Jaramiel y de la Esgueva con el agua captada en el Duero en Olivares y  Tudela respectivamente

 9

10

En la Mambla hubo una importante mina de yeso que estuvo en explotación  hasta los años 60 del s. XX,  con un breve paréntesis de uso militar (polvorín), y más tarde se empleó para cría de champiñones. Son muchas las minas de yeso que hay en Valladolid y que conoceremos con cierto detalle en un próximo artículo

 12

Subimos a lo alto de la Mambla (829  m.) desde donde tenemos amplísimas vistas. Frente a nosotros el pico de la Cuchilla (842 m), y al fondo, otra Mambla (831 m.)

 15

A vista de pájaro, la carretera que conduce hacia Villabáñez y Villavaquerín, cuyos caseríos se distinguen al fondo

 13

14

Arturo Dueñas rodó un documental sobre el pintor Cuadrado Lomas que se titula “Tierras  construidas”… seguramente desde aquí habría podido obtener excelentes planos

 16

Un sencillo plano para orientarnos en la excursión propuesta, aunque no tiene pérdida alguna… pues las Mamblas nos guían, como les ocurría a los viajeros de la Edad Media. En el ángulo inferior derecho está el punto de partida


LA MINERÍA DEL YESO

$
0
0

El yeso ha sido  un material que con intensidad se ha extraído de la tierra para atender necesidades del ser humano. Las laderas de los cerros y páramos vallisoletanos son especialmente ricas en yeso  y a poco que nos fijemos cuando paseamos por sus inmediaciones podremos ver “heridas” blanquecinas que señalan la existencia de una vieja mina de yeso.

Hay, en Valladolid, unas cuantas localidades en las que la minería del yeso ha tenido su importancia, bien para el consumo endógeno de sus habitantes como para la venta a otras comarcas y empresas de construcción. Podemos citar, entre otras, a Tudela de Duero, Quintanilla de Arriba, Alcazarén, Iscar, Camporredondo, Cabezón de Pisuerga, Piña de Esgueva, Villavaquerín y Portillo.

Mediado el siglo XIX se sabe que en Alcazarén había producción de yeso que daba trabajo a 100 vecinos.  Cerca de 40 en Iscar. Y en Portillo hubo actividad  relacionada con el  yeso hasta los años 60 del siglo XX, en la que se empleaban unas cuantas familias.

El yeso y la cal se han utilizado en acabados interiores, blanqueo de paredes, sellado de juntas en muros, aislante térmico, fabricación de tabiques y escayolas. Pero también para la noble modelación de piezas de escultura… y para fabricar las modestas tizas con las que garabatear en la pizarra.

Hasta que ya casi al final de la producción de yeso natural se metieron máquinas excavadoras para horadar las galerías yesíferas, lo normal es que la extracción se hiciera a pico y pala para cargar los carros tirados por mulas.

Desde luego sería muy interesante que de alguna manera se recogiera el testimonio de aquella actividad minera tan característica de Valladolid: herramienta, maquinaria, documentos, fotografías…, y se conservara el curioso paisaje que labró la extracción de yeso.

A continuación veremos unas cuantas fotografías en las que se aprecia el  interior de varias minas de yeso, la mayoría de Portillo, y también de Tudela de Duero (la que está entibada mediante columnas de ladrillo). Algunas de estas minas, una vez cesada la actividad se utilizaron (más o menos) de bodega, y en otras se hizo popular la crianza de champiñones en pacas de paja. Veremos, también, un horno para cocer  yeso en el paraje conocido como Barco García (Portillo).

 

1a-crop1c1d33a6791010a-crop10b13


CEÍNOS DE CAMPOS: UN PUEBLO DE VIEJA HISTORIA (I)

$
0
0

Ceínos de Campos es uno de esos municipios terracampinos que a pesar de que, como muchos de la comarca, ha venido a menos, su caserío desborda riqueza y poderío por todas sus costuras.

El trigo, con el que señores feudales y reyes   garantizaban la intendencia de sus huestes en las contiendas territoriales que han caracterizado la historia de los reinos de Castilla y León, fue siempre motivo de litigios. Más tarde llegarían las exportaciones, especialmente a las colonias españolas en América y Filipinas, y a las potencias que luchaban en la guerra de Crimea. El Canal de Castilla primero y el ferrocarril después contribuyeron a que el trigo de Castilla fuera una especie de río dorado que enriquecía haciendas, levantaba paneras  y consolidaba casonas.

Además, durante siglos la Cañada Real Leonesa, que pasaba junto al municipio, no hizo sino acrecentar la actividad de Ceínos. Pueblo que presume de vieja historia que se remonta a la existencia de una villa romana hacia los siglos II y IV d. C. Así como, sobre todo, una poderosa bailía templaria (territorio sujeto a la jurisdicción de aquella orden mitad monjes mitad soldados),  que construyó una mítica iglesia de la que aún se conservan algunos desperdigados restos.

Recorreremos el casco urbano de Ceínos,  y para una próxima entrega pasearemos por sus inmediaciones, en las que hay interesantes puntos de interés.

No creo que dadas las dimensiones del municipio, sea necesario establecer un itinerario. Recomiendo aparcar tras el Ayuntamiento y comenzar un paseo distendido y atento por ejemplo por la calle Marqués de Estella, o del Medio, que atraviesan todo el pueblo. El caserío se extiende por detrás del Ayuntamiento: hacia la izquierda está el cementerio (en un alto), y hacia la derecha (también en alto: Castillo o Mota)  el parque que acoge la arquería templaria.

 

1

La actual Casa Consistorial, que está en la misma carretera,  se construyó a principios del s. XX, sustituyendo otra que había en lamentable estado

 

2

Puerta y torre  de la iglesia de Santiago Apóstol, del siglo XVI

 

3-crop

Fachada de una casa en la calle Cantera que por su salida sur conduce hacia el cementerio en lo alto del municipio. Los arcos de las ventanas proceden de la iglesia de Santa María del Temple

 4-crop

Arco en la puerta del cementerio procedente de Santa María

 5

5a-crop

Edificio del antiguo pósito, tras la iglesia y junto a los restos de una antigua capilla. Ahora está muy reformado y sirve como salón para diversas actividades

 6

Algún vecino ilustrado atribuye la rica fachada de este caserón destartalado a los Nanclares: una familia influyente que se remonta al menos al siglo XVII y entre cuyos miembros hubo procuradores y regidores, siempre presumiendo de su condición de hidalgos

 7

7a-crop

7b

Hay varias paneras de grandes proporciones así como diversos caserones

 8

Presume Ceínos de haber tenido hijos que en 1575 embarcaron rumbo a  América. A tal acontecimiento se les dedica una plaza en la parte alta de pueblo que llaman Castillo o Mota. Y en este mismo lugar…

 

9

10

… Restos  y detalle de la arquería de la iglesia de Santa María, que  se remonta al siglo XII. Hasta su total destrucción en el siglo XIX sus ruinas sirvieron de cementerio. El problema es que era de reducidas dimensiones  y estaba en pleno casco urbano: a cada enterramiento se removían los huesos de anteriores difuntos, lo que llevó a construir un nuevo campo santo más desahogado y  alejado del municipio. Los arcos antes estaban depositados en el Museo Nacional de Escultura

 14-crop

El pozo que, junto con algún manantial, abasteció de agua a la población hasta que llegó el agua corriente a las casas

 11-crop

12-crop

Conserva el pueblo una cosa que es muy de agradecer tratándose de arquitectura civil,  normalmente muy maltratada: el viejo frontón de 1876 que han integrado en el polideportivo que hay junto al Ayuntamiento. En las imágenes una vista general y detalle de su coronación

 13-crop

Detalle de la fachada de la casa que está prácticamente frente al Ayuntamiento

 

15-crop

Panorámica del entorno de Ceínos, en la que no faltan los característicos palomares de Tierra de Campos… En unos días nos daremos un paseo por la Cañada Real Leonesa

 

1a

Reproducción del grabado de Santa María del Temple, realizado por Parcerisa (siglo XIX). Publicado en “Recuerdos y grandezas de España. Valladolid (1861)”. Edición facsímil de Ámbito Ediciones



EVOCACIÓN DE ANTIGUOS PARAJES EN CEÍNOS DE CAMPOS (II)

$
0
0

Un paseo de no muchas referencias, pero de una gran intensidad. En cada lugar que posemos la vista late la vida que otrora hubo en estos parajes. La soledad que ahora los caracteriza no puede ignorar el enorme trasiego de actividad que acogía. Paisajes que han mudado a lo largo de los siglos hasta el punto de que ahora ya apenas nada tienen que ver con el origen que los fue creando: pozos y abrevaderos para asegurar el agua del ganado lanar que transitaba por estos caminos. Caminos y descansaderos que acogían el ir y venir de los ganados cañariegos, viñedos…

… Un chozo descontextualizado pues en su origen no fue refugio de pastores, sino de viñadores; una fuente que servía para surtir de agua a un antiguo asentamiento romano…

La Cañada Real Leonesa Occidental entra en Valladolid por Mayorga y la actual carretera que desde Rioseco nos lleva hasta aquella población está construida siguiendo la cañada.

Para  nuestra excursión es recomendable venir desde Ceínos,  y nada más pasar el punto kilométrico 249 tomar un somero camino (1) que sale a nuestra derecha. Ahí dejamos el vehículo e iniciamos nuestro paseo a pie que, entre ida y vuelta no sobrepasará los 4 kilómetros.

 

c

El paseo discurre por lo que aún se conserva de la cañada y los prados que no han sido arados por formar parte de la cañada y sus descansaderos. Estamos en Tierra de Campos y, por tanto,  el paisaje no puede ser más somero. Nuestro punto de referencia es la pequeña chopera que esconde la fuente de Santiago

 a

La primera construcción que nos encontraremos será el pozo de los Gallegos (2), uno de esos milagros de agua que hay en estas tierras. Tiene fama Tierra de Campos de seca,  pero lo cierto es que los terrenos alomados que recogen el agua  y la capa arcillosa que casi a flor de tierra impermeabiliza el subsuelo, hacen que sea relativamente fácil la existencia de fuentes y pozos, como este que aún da de beber a los rebaños que a diario recorren la cañada

 b

Nuestra siguiente parada (3) será el chozo escoltado por unos almendros. Ahora supongo que poca  utilidad tendrá, pero su exterior demuestra el interés de su propietario por mantenerle en pie pues está perfectamente “trullado” (o embarrado) para evitar que el agua desmorone la construcción. Aunque no veamos majuelo alguno,  podemos apostar de que se trata de un guardaviñas. Es decir,  un chozo que servía para guardar la herramienta de la viña y cobijar en caso de inclemencias del tiempo y en las horas tórridas del estío. La existencia de esos cuatro almendros le delata como tal, pues es  tradición en Valladolid (al menos), asociar viñas y almendros. De hecho en la Edad Media lo normal es que los árboles frutales se pusieran en los viñedos o sus alrededores

 d

f

g

Y enfilamos por el recto camino hacia una extensa pradería que a nuestra izquierda nos facilitará el paso hasta la chopera, sin tener que pisar tierra cultivada alguna. La Fuente de Santiago (4) está  escondida en una pequeña chopera cuyas raíces “beben” de las aguas del arroyo de Carboneros y de las mismas aguas de la fuente.  Figura Ceínos  en la relación de enclaves terracampinos en los que hubo asentamiento romano. Más no significa esto que se trate de una fuente de construcción romana. En esta comarca la penetración romana fue más bien tardía (siglos II a IV d. C.) y no estamos hablando de una tradicional villa, aunque en el pago de la fuente se han hallado restos romanos. Además no nos hallamos demasiado lejos del único puente romano que sobrevive en Valladolid en el municipio limítrofe de Becilla de Valderaduey

 h

Plano que nos ayudará en nuestra excursión


ENTRE JERÓNIMOS Y EL ESPÍRITU DE PADILLA: LA MEJORADA (OLMEDO)

$
0
0

La Mejorada conserva una joya del mudéjar vallisoletano. Se trata de los restos de un monasterio que hunde sus raíces en el siglo XIV.

Ahora, lo más sobresaliente de aquel monasterio jerónimo es la llamada capilla del Crucifijo, de los Becerra o de los Zuazo, aunque no hay que menospreciar otras construcciones de interés. Lo cierto es que tras el paso de los franceses durante la Guerra de Independencia y la posterior desamortización, se perdió buena parte del esplendor que pudiera haber tenido en su momento.

En 1892  la orden de los dominicos adquirió la finca para instalar en ella un colegio, que estuvo en uso hasta los años 60. Vendida en 1984, pasó a convertirse en una explotación agrícola. A partir de ese momento unos edificios se derribaron y otros se descuidaron: todo lo que no  fuera útil para la producción agrícola fue sometido a la incuria de sus nuevos propietarios.  Y hasta que toda la finca en 1999 fue comprada por unos empresarios, entre los que se encontraba el afamado arquitecto Rafael Moneo, languideció como colonia veraniega juvenil y granja escuela, actividad muy de moda en las últimas décadas del siglo XX.

La inversión de aquellos empresarios fue para dedicar las instalaciones  a explotación vinícola abarcando todo el proceso de elaboración del vino: desde la cepa hasta la botella. No obstante, esta finca desde sus inicios medievales tuvo vocación vinícola, de tal manera que los monjes llegaron a construir hasta dos lagares.

Aquella iniciativa fue mano balsámica para el monasterio, pues no solo se paró la destrucción del patrimonio arquitectónico sino que se ha rehabilitado en buena parte. Sin duda a ello ha contribuido Moneo, que finalmente se quedó, junto con su familia, con la propiedad absoluta de la finca de La Mejorada, que actualmente tiene una extensión de 140 ha. de las cuales unas 40 se dedican en exclusiva a producción de uva.

Por cierto, un hecho tan histórico como poco conocido es que en La Mejorada se enterró el cuerpo de Padilla, una vez ajusticiados los capitanes comuneros después de la batalla de Villalar.  Carlos V no permitió que su viuda, María Pacheco, se llevara los restos hasta Toledo para evitar convertirle en un mártir. Una vez perdido Toledo para la causa comunera, el enterramiento de Padilla continuó en La Mejorada, sin que se sepa que fue de sus despojos… A lo mejor su espíritu está vagando por la finca.

Contado todo esto, vamos a dar un agradable paseo por los edificios que aún se mantienen en pie, no sin antes comentar que para quien esté interesado en ampliar información sin perderse en búsqueda de textos, recomiendo el artículo de José Menéndez Trigos y María José Redondo Cantera publicado en 1996 por la Universidad de Valladolid  titulado: “El monasterio de Nuestra Señora de La Mejorada (Olmedo) y la capilla del Crucifijo, o de los Zuazo” (se puede ver en internet).

La finca está a siete kilómetros de Olmedo, en la carretera que conduce a Matapozuelos. El último kilómetro hay que hacerlo por un camino en mediano estado pero perfectamente transitable.

 

1-crop

Aproximación a La Mejorada. El monasterio fue protegido por reyes y nobles, lo que le dotó de cuantiosas ayudas para su construcción y numerosas rentas para su mantenimiento. Por sus dependencias pasaron  principales actores de la historia de la España: Fernando I de Aragón, doña María (esposa de Juan II),  Isabel la Católica, Carlos V, Felipe II;  y otros personajes menos relevantes pero de gran importancia en la historia de Castilla, como los Alderete… Y Cristóbal Colón estuvo alojado mientras redactó su famoso (y  desconocido) Memorial de 1497, que versaba sobre la demarcación de los mares y tierras entre los reinos de Castilla y Portugal.

 

2 Viene el nombre de La Mejorada por la fundadora” María Pérez, que en la herencia recibió estos pagos porque sus padres habían “mejorado” su testamento respecto a lo que recibieron sus hermanos. Hacia 1330 ya se levantó una capilla y  luego unos ermitaños se hicieron cargo del lugar. En 1396 estos mismos ermitaños quisieron establecerse como monasterio y para ello adoptaron la Regla de San Jerónimo. A partir de este momento, y protegidos por Fernando de Antequera, futuro Fernando I de Aragón, los jerónimos comenzaron a recorrer un camino de esplendor arquitectónico y artístico.
3

Puerta de acceso, del siglo XVIII.

 3a

Un grupo de visitantes tuvo la fortuna de coincidir con Moneo, con el que comentó diversos temas,  antes de iniciar la visita guiada personalmente por la sumiller Paloma Cendón.

 20

Trazas de la antigua iglesia del monasterio, en cuyo cabecero se construyó la capilla mudéjar.

 6-crop

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1-crop

Capilla del Crucifijo, del siglo XV. Se trata de una capilla funeraria, pues, en realidad, fue dedicada a albergar diversos enterramientos de personajes vinculados de una u otra manera con La Mejorada. De construcción mudéjar (estilo considerado por la nobleza y la iglesia como arte de lujo), fue declarada Monumento Nacional en 1931, lo que no sirvió para impedir que se siguiera deteriorando. La restauración ha querido ser respetuosa con los diferentes materiales, añadidos y modificaciones que ha ido teniendo a lo largo de los siglos. 

 

12

16

18-crop

Durante su restauración se ha localizado el color rojizo original que tenían sus paredes. Aunque han desparecido todos los enterramientos que en ella hubo, mantiene razonablemente bien su valor e interés arquitectónico y decorativo. Diversos estudios establecen un paralelismo  con las qubba islámicas: estructura cúbica cupulada, que en el cristianismo se ha dedicado a capilla o enterramientos, como es el caso de esta de La Mejorada.

 10

11-crop

Arco gótico y  detalle de la antigua capilla de los Fonseca, que estaba unida a la del Crucifijo.

 19-crop

La piscina que construyeron los dominicos escondía los restos de la antigua Hospedería Real, de la que ahora se aprecia el arranque de una de sus paredes. Estaba construida en tapial y ya muy deteriorada desde hace siglos.

 
20a

21

Casa del Peregrino cuyas dependencias se dedicaban a dormitorio de los peregrinos en su caminar hacia Santiago de Compostela,  y en el que también se alojaban los pastores que acompañaban a los rebaños de la Mesta que transitaban por estas tierras.

 22

Torreón de finales del XIX edificado por los dominicos sobre las antiguas dependencias de los monjes jerónimos cuyo edificio, desde el siglo XV (del que aún guarda sus trazas),  ha conocido numerosas reformas y añadidos.

 22a

Panorámica del antiguo monasterio. Por debajo del torreón están la parte que se conserva del primer monasterio del siglo XV. Por cuya puerta vamos a  acceder al edificio.

 28

29

El Claustro Nuevo y la fuente Isabelina que ocupa su centro.

 
23

En la parte baja del edificio se alojan las naves dedicadas a la elaboración del vino, aprovechando dependencias que los dominicos habilitaron a finales del XIX para  gimnasio.

 25

Refectorio del monasterio.

 
30-crop

Actual palomar, anteriormente fue una noria. El monasterio contó con numerosos dependencias: hospedería, enfermería, lagar y bodega, horno, panadería, colmenar, estanques, norias, etc.

 30a

Almacén y puerta de Poniente, del siglo XVIII.

 

33-crop

Miembros muy destacados de la curia, como el cardenal Mendoza o los obispos Alonso y Juan de Fonseca, así como por ejemplo el Gran Capitán, fueron donantes que favorecieron el esplendor artístico que llegó a conocer  el monasterio, que contó con piezas señeras del arte hispano, como es el caso del retablo de Berruguete (en la foto) que ahora se conserva en el Museo Nacional de Escultura donde, por cierto, hay otras piezas de La Mejorada, como un Ecce Homo, la Virgen de la Rosa, un retablo de San Jerónimo, etc. Hay  obras del monasterio repartidas por diferentes lugares, como Olmedo.

NOTA: La finca ofrece visitas guiadas que se pueden concertar en comercial@lamejorada. es; o en el teléfono 625 677 208


PASEO TURÍSTICO POR VALLADOLID CON ZORRILLA

$
0
0

Boris de Tannenberg en su libro “La poesía castellana contemporánea” (escrito en francés y editado en 1889), dedicó un capítulo a José Zorrilla. El joven  Tannenberg visitó al poeta en Valladolid en algún momento (no precisado) entre los años 1885 y 1888. Nuestro poeta por aquél entonces vivía en la calle de los Baños (actual Echegaray y próxima al viejo mercado de Potugalete).  Fruto de aquella visita, el francés publica en su libro el relato de un paseo -hoy día diríamos turístico- que le ofreció Zorrilla.

Voy a reproducirlo completo, pues es una deliciosa descripción de cómo Zorrilla veía los monumentos, así como de algunos comentarios de las cosas de la ciudad…6323525-l

En los comentarios del poeta veremos cierta acidez y crítica por el estado lamentable de algunos monumentos, pero en modo alguno significa esto desdén o desapego, pues si de algo presumió Zorrilla, al menos en literatura, fue de su amor por Valladolid. Y, si no (y antes de entrar en materia), veamos que escribió de la ciudad que lo vio nacer cuando regresó a España en 1866 tras doce años de ausencia por haber estado residiendo en Méjico (y un año en Cuba):

Esta es Valladolid… ¡al fin la veo! / ¡Con qué placer…, como la luz primera / cuando en ella nací! ¡Dios mío!, creo / que vuelvo hoy a nacer. Espera, espera / cariñosa amistad!, solo un paseo /Por la plaza, una vuelta por la Acera, / déjame este aire respirar: deseo / beber las dulces aguas de esta fuente / de mis recuerdos y bañar mi alma / en el remanso tibio y trasparente / que hace, con ellas resbalando en calma, / del tranquilo Pisuerga la corriente. / Déjame… quiero hablar con estas piedras, / y abrazar estos árboles, y ansioso / besar estas paredes de que yedras / son mis dulces memorias, y reposo / tomar en estos bancos en que un día, / mal estudiante, a divagar venía.(…)

Contado esto, dispongámonos a dar ese paseo con Zorrilla,  no sin antes advertir que el texto de Tannenberg es conocido gracias a  la traducción que en su día publicó Narciso Alonso Cortés, y del que Begoña de Vicente, en su día trabajadora de la Casa de Zorrilla, me hizo partícipe.  Las fotos son del Archivo Municipal de Valladolid, y los grabados del libro “Recuerdos y bellezas de España (Valladolid)”. Salvo la foto del tranvía, que es de 1910, el resto de las imágenes se corresponden con la época en que poeta y crítico literario dieron el paseo.

 

a

Dos minutos después estamos en la calle, y marchando siempre a su paso menudo y vivo, no cesa de hablar y de explicarme todo lo que pasa ante mis ojos, con un relieve pintoresco de lenguaje y un verbo humorístico encantador, que no puedo reproducir.

Este es Valladolid, donde he nacido y he venido a pasar mis últimos días… Me han dado la sinecura de cronista de la provincia, una manera delicada de ayudarme… Nadie conoce esta ciudad mejor que yo; yo sé de memoria todas las casas, todas las piedras antiguas… No es, por otra parte, de las más curiosas de España desde el punto de vista artístico; los turistas no encuentran gran cosa. Su mayor riqueza son los recuerdos a ella ligados…

 b 1885-crop

… Espere usted, que le he traído delante de la catedral: es un enorme edificio inacabado, obra del arquitecto de Felipe II, Herrera, el mismo que hizo el Escorial… Aquí, como en el Escorial, triunfa la línea recta: una arquitectura fría y pesada…

 ccccc-crop

… He aquí algo que vale infinitamente  más; es lo que nosotros llamamos la Antigua, una iglesia románica del siglo XI; hace largo tiempo que no se entra en ella, porque amenaza ruina. La torre es de una pureza de líneas, de una esbeltez incomparable; a mí me ha tenido siempre prendado, y he hablado de ella en una de mis leyendas. Pero se desplomará el mejor días, falta de las restauraciones necesarias; estamos en una negligencia estúpida y en beocismo artístico sin límites…

 d hacia 1870-crop

… Al paso, voy a mostrar a usted la casa donde yo nací; ahora está deshabitada y en  lastimoso estado: siempre he tenido el proyecto de rescatarla algún día (se refería el poeta a la actual Casa de Zorrilla, que está detrás del edificio de la Diputación que aparece en la imágen)… Está justamente al lado del palacio donde nació Felipe II; hemos sido vecinos… ¿Ve usted esta ventana de la planta baja cuya reja ha sido cortada en dos y está sujeta por una cadena? Por aquí se le hizo salir para bautizarle por la parte frontera, en el convento de San Pablo…

 dd

 … La fachada de este convento es una joya artística: fíjese usted que riqueza, que variedad de adornos! Admiro que hubiera hombres bastante pacientes para hacer esto…

 
e

A dos pasos de aquí, quiero que vea usted también la fachada del colegio de San Gregorio, (actual Museo de Escultura) que es una verdadera maravilla… Como el carácter religioso del edificio no ha retenido la imaginación un poco libre del artista, hay aquí mucha más audacia y fantasía. Entreténgase usted en estudiar un poco los detalles: estos escultores de la Edad Media tenían caprichos de un grotesco inestimable…

 
f 1910

… Vamos ahora a dar una vuelta a la Plaza Mayor. Pero está un poco lejos; tomemos el tranvía… Hele precisamente ahí abajo… Pst! Pst… Oh! No tenga usted prisa; esperará cinco minutos si es preciso; no estamos en París, donde hay que correr detrás del ómnibus…

 g 1874 jean laurente csa cervantesw-crop

… Podría llevarle a usted a la casa de Cervantes, pero está muy lejos y no tiene nada de particular. Está en venta, y me la han ofrecido, no muy cara. La proposición me tentaba: el viejo Zorrilla terminando sus días en la casa de Cervantes, no estaba mal. Pero después de pensarlo desistí, porque la casa no es habitable, y hubiera estado muy mal… Ya llegamos…

 

h 2 jacvoa 1870 jean laurent-crop … Está la plaza rodeada de soportales, es un bello efecto ¿no es verdad? Está en el centro mismo de Valladolid, el lugar de cita de los tontos desde las cuatro de la tarde (en la imágen, el tramo de la Plaza Mayor que entonces se conocía como Acera de San Francisco, por el convento que en su día había aquí)… En este país se pasa el tiempo en pasear… En este momento no hay animación; el día es caluroso y es cerca de mediodía… Podemos volver a pié. (A una señora que pasa) Buenos días, doña Rafaela ¿está bien su marido? Vamos, me alegro… (A mí) Es la peinadora de mi mujer…

 i amvaa-crop

… Pasamos por el mercado; entremos. Quiero que pruebe usted una sandía. (Al vendedor) ¿Son buenas tus sandías? ¡De seguro! Bueno, pues mándeme una; mándame también un melón… (Continuando el camino). Toda esta gente me conoce y me saluda, ya ve usted. No hay en España hombre de letras más popular que yo entre las clases obreras… Cuido, por otra parte, de mi popularidad; no soy hosco y hablo a todo el mundo… Ya estamos de vuelta; entremos… Usted primero, se lo ruego.

Almorzamos con champagne, con un buen humor de estudiantes… Sin embargo se hacía preciso renunciar a la lectura, a la deliciosa charla. La hora de partir había llegado. Zorrilla quiso acompañarme hasta la estación…

… Y continúa su relato el joven francés Tannenberg…

… Como había tiempo, fuimos a pie, para tomar un poco el fresco… Él, fatigado, no hablaba, marchando sin apresurarse, con las manos cruzadas atrás; yo, con esa angustia y esa tristeza que acometen después de todos los instantes dichosos pasado en cualquier sitio, cuando, al caer el sol, es preciso decir adiós y reanudar la marcha… soñando con tantos recuerdos evocados y escuchando todavía resonar en mi oído el eco de tantos hermosos versos… 

b00000569

… Seguíamos el paseo de álamos que se extiende en el Campo Grande. Es allí donde, en los tiempos heroicos de Valladolid, se celebraban los autos de fe. Veía yo el jardín público animarse y la multitud esparcirse para el paseo vespertino… “Heme en el coche: ciérranse las portezuelas. El poeta, subido en el estribo, me da el último apretón de manos. Puede usted jactarse, me dice, de haber confesado a Zorrilla.

b00000594

Parte el tren, deslizándose al principio con lentitud; y le veo todavía largo tiempo, de pie en el andén, saludándome siempre con ese ademán español en las manos, tan gracioso y tan amigable.


ZORRILLA, EN UN RINCÓN DE LA ESGUEVA

$
0
0

José Zorrilla, joven aún,  no solo deambuló por el viejo Valladolid que le vio nacer, sino que se interesó por otros rincones de la provincia. No sé si llegó a visitarlos, pero desde luego de ellos escribió. Uno fue Fuensaldaña, pues a un cuadro que entonces se guardada en el convento de las monjas de aquella localidad le dedicó un cuento: “La Madona de Pablo Rubens”.

Y otro paraje fue el valle de la Esgueva, que protagoniza su obra titulada “Honra y vida que se pierden, no se cobran,  mas  se vengan”. El profesor de la Universidad de Valladolid Ricardo de la Fuente Ballesteros, en su libro “Valladolid y Zorrilla”, sitúa  el desarrollo de la narración en las proximidades de Canillas, Encinas y Villafuerte.

Es el caso que el poeta vivió en este valle uno de los tantos episodios y aventuras que conoció a lo largo de su vida. El mismo escritor relata en “Recuerdos del tiempo viejo” que cuando su padre, a la vista de su poco interés por los estudios de derecho que manifestaba el joven Zorrilla, le  quiso recluir en  Lerma obligándole a tomar una diligencia (galera) que le condujera a aquella población burgalesa donde residía su familia, aprovechó un descuido del conductor y se montó a lomos de una yegua que por el campo pastaba,  y “… me volví a Valladolid por el valle de Esgueva, que era otro camino del que la galera había traído.” Tal como él mismo relata.

Pues bien, vamos a darnos un paseo por este paraje  de Castilla al son de  los primeros versos de la citada  obra de Zorrilla: “Honra y vida que se pierden, no se cobran, más se vengan”. Acompañaremos el texto con discretas  imágenes, de Encinas, Canillas y otros rincones del valle,  que no estorben las rimas del poema.

En un rincón de Castilla, / allá en el fondo de un valle, / sobre tres cerros distintos / hay tres torres semejantes.

1

Castillos los llaman unos, / otros atalayas árabes, / más su origen positivo /  a la verdad no se sabe.

2

Un río humilde, el Esgueva,  / la falda a los cerros lame, / y entre huertas y majuelos / lleva a rastra sus cristales.

Entre los olmos y las vides / con que tapiza su margen, / y ambas filas de colinas / que le interrumpen el aire, / hay derramados sin orden /  más de un ciento de lugares  / que amasados todos ellos / un pueblo tal vez no valen.

3

Pues los pueblos con el río,  / y las huertas de la margen, / las colinas que le cercan / en dos bandas desiguales, / y lo tres cerros distintos / con tres torres semejantes,/ de tal modo unos en otros / vegetan, pasan o yacen, / que todo el conjunto entero, / sin que esto lo dude nadie, / tomando nombre del río / forman sin disputa un valle.

4

Está la noche expirando, / y allá  en el fin de la sombra / en vacilante crepúsculo / tiñe el Oriente la aurora.

6

La luna en el Occidente / su pálida luz ahoga, / y las estrellas la siguen / luz reflejando medrosa.

Silba el cierzo entre las ramas / de los árboles sin hojas, / y con espejos de hielo / Esgueva sus aguas orla (…)

 NOTA: el texto está tomado de la edición de 1943 que Librería Santarén hizo en el cincuenta aniversario del fallecimiento de José Zorrilla.

 


JOSÉ ZORRILLA: BIBLIOTECARIO Y CRONISTA DE VALLADOLID… Y OTROS CRONISTAS

$
0
0

José Zorrilla fue Cronista Oficial de Valladolid. El segundo del que yo tenga noticia. Antes lo fue Matías Sangrador. De la información que dispongo parece que esta figura  ahora honorífica (y en su tiempo retribuida), no existió hasta el siglo XIX. Desde luego, rastreando la información documental publicada del XVIII parece deducirse que entonces no existían los Cronistas Oficiales. Una figura que emanó, parece, del Gobierno de la Nación, pues para poder nombrar a Zorrilla, el Ayuntamiento tuvo que acogerse a un Real Decreto de 28 de noviembre de 1851.

Pero, no nos perdamos en legalismos. Lo cierto es que en el caso de Zorrilla, el Ayuntamiento vio la oportunidad de acudir en sostén de nuestro preclaro vate que, como casi toda su vida, estaba en gran precariedad económica… Y esto nos llevaría a la imposible tarea en este artículo de relatar la vida (personal y pública) de una persona cuyas andanzas son verdaderamente 7-croplegendarias: desde su rebeldía juvenil (se fugó de la casa paterna),  pasando por sus matrimonios,   hasta su tiempo de residencia en Francia y los 12 años que vivió en Cuba y Méjico: Maximiliano le nombró director del Teatro Nacional y Lector del Emperador.

Y esto sin entrar en toda su carrera literaria cuajada de éxitos  y también de mediocridades. Pero, desde luego, alcanzó fama, enorme popularidad y mérito nacional: en 1848 (tenía 31 años de edad) fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua (aunque no tomaría posesión hasta casi cuarenta años después tras nuevo nombramiento). Y en 1889, ya al borde del final de su vida, en Granada fue coronado como Poeta Nacional en medio de unos fastos pocas veces vistos, en los que participaron la regente  infanta Isabel, el presidente del Consejo de Ministros, el presidente del Congreso, condes, marqueses y embajadores, entre otras destacadas personalidades.

El entierro de Zorrilla en Madrid, su posterior traslado a Valladolid y su recibimiento en la ciudad que lo vio nacer, han pasado a los anales de la historia por el enorme gentío que lo acompañó en cada una de estas tres ocasiones, y los reconocimientos oficiales con que le honraron. A tal fin en Valladolid se creó en su honor el Panteón de Personas Ilustres en el Cementerio del Carmen.

Más, antes de continuar adelante es necesario aclarar una cosa. Es frecuente que a tal o cual escritor se le cite como cronista de Valladolid: Pinheiro da Vega, Manuel Canesi, Ventura Pérez, Hilarión Sancho, Juan Ortega Rubio, etc. O el poco conocido Rafael Floranes, cuyos artículos sobre Valladolid están aún, injustamente,  por publicar.

Cronistas hubo de Indias y casi cada monarca (desde la Edad Media) nombraba su Cronista: legendaria es la controversia entre Bartolomé de las Casas (obispo de Chiapas) y Ginés de Sepúlveda (cronista del Emperador) sobre los derechos de los indígenas.

No, aquí me estoy refiriendo a los cronistas “oficiales” nombrados por el Ayuntamiento de Valladolid. En otras localidades de la provincia, como Medina del Campo y de Rioseco, también se nombraban cronistas. Y cronistas oficiales parece que nombró la Diputación, como es el caso de Zorrilla, que tambien lo fue de la Provincia.

La realidad es  que hay una laguna en nuestra historia local por  la ausencia de un detallado trabajo de investigación y divulgación de nuestros cronistas, aunque en alguna ocasión escuché al actual cronista, Teófanes Egido, que o estaba en ello o que recomendaba que se hiciera. Y me aferro a esta carencia  para  exculparme de las lagunas  o errores que este artículo pueda contener. Y aprovecho este capítulo de disculpas para advertir de la necesaria reducción que he tenido que hacer de la historia de cada uno de los cronistas, algunos de los cuales llenaría un libro.

Pues bien, a la espera de esa futura publicación,  propongo este somero artículo sobre los Cronistas de Valladolid. No sin antes advertir que además del tiempo que pasé rastreando bibliografía, libros  y artículos, esto que relato no hubiera sido posible sin la colaboración del Archivo Municipal de Valladolid y, especialmente, de su trabajadora Mirem Díaz Blanco.

Además de los  citados Matías Sangrador, Zorrilla y Teófanes Egido, Valladolid ha tenido como cronistas a Emilio Ferrari, Casimiro González García-Valladolid, Narciso Alonso Cortés, Francisco Mendizábal García, y Luis Calabia. Además de un cronista oficial ocasional: M. Martín Fernández (que firmaba con el seudónimo de Doctor Blas).

Vamos a ello.

 

1-condecoracion-8-06-1851matias-sangrador-vallisoletum-crop

2-img_0009-3-crop

Matías Sangrador y Vitores (o Vítores con tilde), nació en Valladolid el 24 de febrero de 1819. Se doctoró en leyes, dio clases en la universidad pero a partir de 1846y ejerció la judicatura y recorrió diversas ciudades españolas. Entre sus obras destacan la publicación en 1851 del Tomo I de Historia de la muy noble y leal ciudad de Valladolid y en 1854 el Tomo II y en 1859 La vida de San Pedro Regalado. Es un referente importante para la historiografía vallisoletana. Murió en Valladolid el 29 de abril de 1869.  

Cronista nombrado el 21 de julio de 1862.

La primera imagen está tomada del blog Vallisoletum, y la segunda de la Biblioteca Digital de Castilla y León.

 
3-zorrilla-crop

5-domus-pucelae974-traslado-restos-de-zorrilla-a-valladolid-en-1896

6-domus-pucelae975-3-entierro-de-zorrilla-foto-viuda-e-hijos-de-fdez-ilustracion-espanola-y-americana-8-10-1895José Zorrilla y Moral nació en Valladolid el 21 de febrero de 1817 y falleció en Madrid el 23 de enero de 1893. Cultivó todos los géneros literarios. En su vida y obra no nos detenemos, pues algo ya hemos contando antes,  pero sí en una anécdota. En su momento (1882)  el nombramiento de cronista llevaba aparejada una buena retribución anual  y, además,  el Gobierno le estaba tramitando, también, una pensión. Es el caso que al año siguiente  de saberse esta noticia recibió carta de un supuesto sobrino en la que tras felicitarle por su nombramiento como cronista, le pedía alguna recomendación para conseguir algún empleo. El poeta le contestó que no tenía sobrinos, pero que no le volvería la espalda y le ayudaría, más “… ten presente (…le contesta…)  que he vivido y vivo de mi trabajo, por conservar mi independencia salvaje, por no adular a nadie, ni servir a ningún gobernante (…) y no he tenido más parientes que cuarenta y seis años de trabajo…”. 

Zorrilla fue nombrado cronista el 2 de junio de 1882 que, según el acuerdo, municipal, era una forma de reconocer a un hijo esclarecido de la ciudad y de esa manera asegurar su porvenir. En el acta aparece una asignación anual de 4.500 pesetas para los gastos de desempeño del cargo.

Imágenes: calle Fray Luis de Granda -Casa Zorrilla- (bajorelieve de 1895 esculpido por Dionisio Pastor); y fotos tomadas del blog Domus Pucelae: recibimiento de los restos de Zorrilla en la acera de Recoletos y traslado por la calle Angustias

 
9-emilio_ferrari-la-ilustracion-espanola

10-ferrari-crop

Emilio Pérez Ferrari: Valladolid 24 de febrero de 1850- Madrid 1 de noviembre de 1907. Poeta y periodista se doctoró en Derecho y Filosofía y Letras. Formó parte del cuerpo de archiveros e ingresó en la Real Academia de la Lengua en 1905. 

Fue  nombrado cronista el 8 de octubre de 1891.

El retrato está tomado de La Ilustración Española y su casa natal está en  calle Ferrari, 1 (la lápida es 1911 y hecha por Aurelio Rodriguez Vicente Carretero).


11

Casimiro González García-Valladolid  (1855-1928). Licenciado en Derecho, funda en 1895 el Diario de Valladolid, que apenas duró cuatro meses. Fue director de la Crónica Mercantil que jutno con El Norte de Castilla era el periódico más influyente en la ciudad. Fue presidente del la Comisión de Monumentos y de la Academia de la Historia. 

Nombrado cronista por acuerdo de 1 de marzo de 1902.

Imagen cogida de la Biblioteca Digital de Castilla y León.

 


12narciso-alosno-amva-crop

13-crop

Narciso Alonso Cortés: Valladolid 11.03.1875- 19.05.1972. Poeta, investigador e historiador de la literatura. Especialista en Zorrilla, fue el primer director de la Casa de Cervantes. Presidio la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción y Académico de la Lengua desde 1952. Entre las curiosidades de su prolongada vida, destaca su afición al ciclismo en su juventud, modalidad en la que llegó a competir en pruebas oficiales. Antonio Machado le dedicó una poema: “A Narciso Alonso Cortés, poeta de Castilla”..

Nombrado cronista el 12 de julio de 1912.

Fotografía del Archivo Municipal de Valladolid y casa de la calle Felipe II.

 
14-mendizabal-1955-amva-foto-de-garay

15-mendizabal-1973-amva-crop

Francisco Mendizábal Garcia (1885-1976). Archivero de formación, desarrolló su vida profesional en la Real Chancillería de Valladolid, de la que llegó a ser directora partir de 1941. También ejerció de profesor de historia  en la Universidad. Fue nombrado miembro del la Real Academia de la Lengua, y además de sus artículos periodísticos  y otros escritos, alcanzó fama por su encendido verbo en programas radiofónicos.  Como curiosidad cabe relatar que la famosa radio de resistencia antifranquista Radio París, le hizo una entrevista en aquella ciudad con motivo de una exposición de fotografías de Semana Santa en la capital francesa. en 1960.

No puedo precisar la fecha de su nombramiento como cronista, que debió ser entre 1928 y 1929.

Ambas fotos son del Archivo Municipal de Valladolid (la primera es del fotógrafo Garay).

 17-luis-calabia-ibanez-crop

Luis Calabia Ibáñez (1904-1989). Periodista, fue un verdadero maestro de la profesión, en la que cultivó todos los géneros: crónica municipal, cultura, arte, deportes. Fue redactor jefe de El diario Regional y fue corresponsal del Marca. Académico de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Aunque se le conoce por su faceta periodística, en realidad era  funcionario de la Confederación Hidrográfica del Duero.

Su elección como Cronista se produjo el 31 de mayo de 1978.

Foto del Archivo Municipal.

 

18-salamanca-al-dia-rtv

Teófanes Egido López (Gajates, Salamanca, 1936). Benedictino, estudió en la Universidad de Valladolid, a la que estuvo ligado hasta su jubilación en 2001 como catedrático de Historia Moderna. Destacado especialista en el siglo XVIII, ha hecho notables incursiones en otras centurias. Tiene una extensa producción entre libros y artículos. 

Fue elegido cronista por acuerdo municipal de 2 de octubre de 2001 y vino a sustituir la vacante de Luis Calabia, que había fallecido 22 años antes.

Foto obtenida de Salamanca al Día.

… Y, veamos el caso de un curioso cronista circunstancial:

 
19-crop

20

Mariano Martín Fernández (Valladolid 1866-1940). Fue abogado y ejerció la política como diputado y senador. Fue periodista  y corresponsal en diversos diarios locales y nacionales, como El Norte de Castilla o La Prensa de Buenos Aires. Fundador de la Asociación de la Prensa en Madrid. Firmaba algunos artículos como El Doctor Blas o El Bachiller Franqueza. 

Por lo que él mismo dice, parece que el Ayuntamiento de Valladolid lo  nombró  cronista especial para asistir y escribir sobre la Coronación de Zorrilla como Poeta Nacional.

La primera foto es de la Biblioteca Digital de Castilla y León; la segunda está tomada en su casa natal y es un detalle conmemorativo de su nombramiento en Granada como poeta nacional.

 

Más, no para aquí la relación de cronistas, pues el Ayuntamiento ha añadido otro: José Miguel Ortega, en calidad de Cronista Deportivo Oficial  de Valladolid. Algo que refleja el peso que ha adquirido el deporte en la sociedad.

 

pagina-oficial-del-real-valladolid-club-de-futbol

tribuna-de-valladolid-alberto-mingueza-cropNació José Miguel Ortega Bariego el 17 de marzo de 1943. De profesión periodista, ha trabajado para medios como El País, El Norte de Castilla, El Mundo de Valladolid, TVE, Marca y Radio Nacional Española. Aunque su actividad y publicaciones están muy centradas en el deporte, sin embargo  también ha escrito diversos libros sobre la historia de Valladolid: “Historia de 100 tabernas de Valladolid”, etc.  Además ostenta la Insignia de Oro del Real Valladolid. Sostiene el cronista que acaso el primer lugar de España donde se practicó el balompié fue en Valladolid, a tenor de algunos legajos que leyó en el Archivo Municipal, y cosa muy probable teniendo en cuenta la antigua presencia en nuestra ciudad de ingleses y escoceses, gente de la Gran Bretaña, patria del football.

Fue elegido Cronista Deportivo Oficial de Valladolid en el pleno municipal del 1 de junio de 2013.

La primera foto corresponde al homenaje que le tributó el Real Valladolid (está tomada de la página oficial del Real Valladolid SAD); y la segunda imagen corresponde a la presentación de uno de sus libros (la foto está tomada del periódico digital Tribuna de Valladolid y ha sido realizada por Alberto Mingueza).

 


POZOS DE NIEVE Y ABASTECIMIENTO DE HIELO

$
0
0

Ya está en las librerías mi libro titulado Pozos de nieve y abastecimiento de hielo en la provincia de Valladolid.  En esta entrega del blog hago un brevísimo resumen de una actividad industrial que ha dejado huella en diversos municipios vallisoletanos.

Todavía en los años 40 del siglo XX se seguía utilizando nieve o hielo natural para la fabricación de helados, la confección de bebidas refrescantes,  para bajar la fiebre,  taponar hemorragias o contener inflamaciones musculares. Me refiero a hielo recogido en las montañas o en las charcas de las ciudades, aunque ya existía el hielo artificial y estaba prohibido el uso del natural.

Es curioso como un elemento natural tan sencillo aún sigue aplicándose cotidianamente: no solo para hacer cubatas o gin-tonics, sino para relajar las contusiones, porque ¿qué es lo que se ponen en las rodillas o los tobillos los astros del baloncesto cuando se sientan a descansar en el banquillo? ¡hielo!

El hielo, del que se sabe que ya en el siglo XI a.C. se empleaba en China, ha tenido a lo largo de la historia muchísimas aplicaciones. Pero en España y Europa fue sobre todo entre los siglos XIV y XIX cuando el uso del hielo natural conoció su máximo esplendor. Incluso se escribieron numerosos tratados médicos aconsejando como debía emplearse para favorecer la salud.

El Palacio Real (lo que normalmente se conoce como Capitanía) en la plaza de San Pablo, tenía dos pozos de nieve en la cuesta del Tomillo (carretera de Renedo), y se llenaban en invierno con el hielo que se recogía en las charcas o bodones que había en el actual barrio Belén.

Muchos monasterios y conventos, como San Pablo, Nuestra Señora de Prado, San Francisco, etc. y casas señoriales disponían de sus propios pozos de hielo que utilizaban no solo para consumo propio sino para vender a la población.

Las normas de venta de hielo eran muy curiosas. Por ejemplo: había que vender preferentemente a los empadronados en la población, y solo si sobraba se permitía vender a los forasteros; y además del horario comercial, los que explotaban los pozos estaban obligados a suministrarlo a cualquier hora del día y de la noche si era para atender enfermos.

Pero este trasiego y almacenamiento de hielo no era exclusivo de la ciudad. También se llevaba a cabo en muchos municipios, algunos de los cuales todavía conservan su recuerdo en el callejero, como La Seca u Olmedo, que tienen una calle llamada Pozo de Nieve. Y sabemos que  Alaejos, Íscar, Laguna de Duero, Medina de Rioseco, Rueda, Peñafiel, Pesquera de Duero, etc., etc. también dispusieron de pozo de nieve.

NOTA:  algunas fotos están “capadas”, porque  tienen derechos de autor.

 

El famoso palacio de los Marqueses de Valverde, que está en la plaza de Fabio Nelly, conoció su esplendor entre otras cosas por el comercio del hielo. El marquesado tenía cedidas numerosos poblaciones en  la montaña palentina, y desde aquellos pueblos, especialmente de Valverde de la Sierra (que está al pie del pico Espigüete), se traía hielo en el verano a Valladolid.

 

Nava del Rey conserva uno de los pozos más interesantes de España. Este pozo, que es visitable, ya existía al menos en el siglo XVI, y se ha conservado hasta nuestros días sobre todo porque en los últimos tiempos se usó como almacenamiento de hollejo de la uva (fotos del exterior e interior del edificio). La imagen del interior es de José Manuel Rodríguez.

 

En Medina del Campo, el llamado Mirador de la Reina, en la Mota es, en realidad un viejo pozo de nieve. Imagen de sus contrafuertes y desaguadero. (Foto del exterior: José María Cabezas).

 

Callejero de Olmedo.

 

 Si visitamos  la sala capitular de la cofradía de las Angustias, veríamos un cuadro en el que está pintado un pozo de nieve (señalado por la mano de una de las personas representadas en el cuadro) que había en las huertas de Linares (barrio de la Rondilla). Fotografía de Alberto Mingueza.

 En el borde del páramo de Urueña (hermosa población), se conservan los restos de un viejo pozo nevero.

 

 

La afamada heladería Baonza, en la Plaza Mayor de Tordesillas, aún utilizó hielo natural avanzado el siglo XX para elaborar sus ricos productos.

 


PRESENTACIÓN LIBRO POZOS DE NIEVE

$
0
0

El viernes 24, a las 20:00 h. hago una presentación de mi libro Pozos de nieve y comercio de hielo en la provincia de Valladolid. Esto será en la librería Sandoval, sita en la plaza del Salvador.

Mientras tanto, podéis seguir leyendo mi entrada del  blog que trata de este tema.



LEONES EN VALLADOLID

$
0
0

Para contemplar leones no hace falta irse a exóticos lugares. También los tenemos en Valladolid. Bien es verdad que bastante más pequeños… y de piedra. Pero con más historia de cuantos pudiéramos observar  en África.

… Más, dejadme recordaros que este viernes 24 a las 8 de la tarde presento mi libro sobre los Pozos de nieve de Valladolid en la librería Sandoval, sita en plaza del Salvador…

Sigamos…

Hay leones coronando columnas, vigilando nobles espacios, anunciando epopeyas, acechando en jardines, decorando fachadas…

No está nada claro el porqué  de la presencia de la figura leonada en tan diversos lugares de la ciudad. Tal vez se trata de una representación del poder real, de la pertenencia de Valladolid al reino de León, o  una metáfora de la guardia y custodia: sepa quien se atreva a penetrar en estos lugares que la fuerza del león los protege; o una advertencia: la fiereza del rey de la selva protege los reinos y linajes representados en los escudos que sus garras sujetan.

Es el caso que, como sabemos,  las pilastras de los atrios servían para delimitar poderes y fueros especiales. Lugares en los que no actuaba la justicia ordinaria sino la propia del estamento propietario del lugar, tanto da que fuera la universidad, un convento o un palacio.

El león ha sido una figura presente en la historia de Valladolid. No hay más que ver que la fachada del desaparecido Hospital Esgueva, cuya fundación  se atribuye al matrimonio Ansúrez-Eylo, llegó tener leones en su fachada, animales que portaban del escudo del Conde. Fotografía tomada del blog Arte en Valladolid.

Delante de  la colegiata de Santa María la Mayor (más o menos donde ahora está la Catedral)  se levantó una columna  que conmemoraba la victoria del rey Ordoño II sobre el moro Ulit. Esta columna llegaría hasta el siglo XVIII (se conocía como León de la Catedral), de la que da fe el historiador Juan Antolínez de Burgos, y que dibujó Ventura Pérez. El león –tal vez representación del reino leones-, descansaba sobre un moro derrotado y portaba el estandarte del Conde Ansúrez.  Imagen obtenida en el blog Domus Pucelae.

Más, el transcurso del tiempo ha terminado también por hacer del león una simple figura decorativa.

Vayamos, dicho todo esto, de safari fotográfico por Valladolid.

 

 

En los jardines de la Avenida de Santa Teresa,  junto a la puerta de los Carros, hay agazapado, y al acecho como buen cazador, un león de los que decoraban la cerca del convento de San Pablo. Entre sus garras sostiene el escudo de armas del Duque de Lerma.

 

Y, siguiendo la estela de este majestuoso convento, la fachada de San Pablo se ve rodeada de un atrio compuesto de 13 pilares y 14 fieros leones que, como no puede ser de otra manera, también sostienen el escudo del Duque de Lerma. Estas columnas sirvieron para sustentar las cadenas que indicaban el área jurisdiccional de los monjes, de tal manera que cualquiera que llegara a ella quedaba a salvo de la justicia ordinaria, pero sujeto (que también tenía sus penas) al fuero eclesiástico. El Duque de Lerma fue uno de los grandes benefactores de San Pablo, con tan enorme ego que desplazó la huella del obispo de Palencia fray Alonso de Burgos (anterior protector), e inundó el edificio con sus señas ducales.

 

 

La fachada de San Pablo está coronada por dos gigantescos leones que sustentan el escudo de los Reyes Católicos, al igual que se aprecia en la vecina fachada del colegio de San Gregorio.

 

Y de ahí nos encaminamos hacia la plaza de la Rinconada, en cuyo edifico de correos (inaugurado en 1922 y  bastante reformado en su coronación –a peor-), dos leones esperan la cada vez más escasa correspondencia en papel.

 

La calle de Pedro Niño, que discurre por delante de la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de San Lorenzo, desemboca en la avenida de Isabel la Católica, justo frente a las puertas del antiguo vivero municipal, coronada por sendos leones tenentes del escudo de la ciudad. El vivero, conocido como  San Lorenzo (o huerta de los Capuchinos), empezó a ponerse en servicio hacia 1845. Parece que luego se trasladó al Prado de la Magdalena, y más recientemente al término de Renedo de Esgueva.

 

Nuestros pasos nos encaminan hasta la llamada puerta del Príncipe, en el Campo Grande. Puerta del Príncipe Alfonso sería el nombre más correcto, tal como figura en el acuerdo municipal de 1859 para que se construyera, en honor del que sería futuro Alfonso XII, que había nacido dos años antes.

 

Las fotografías de principios del siglo XX mostraban unas columnas desnudas, pero por las crónicas del XIX  sabemos que entre los numerosos avatares que padecieron las puertas (tanto para su  construcción como por diversos traslados) sí debió tener  pétreos leones esculpidos por Nicolás Fernández de la Oliva (el mismo que firma el Cervantes de la plaza de la Universidad). Por eso,  la reforma del perímetro del Campo Grande efectuada en 1998,  llevó a adecentar las puertas incluyendo dos leones con el escudo de la ciudad. La obra se la encargaron  al vallisoletano Roberto de la Torre Martín-Romo, un escultor en piedra  y experto en restauraciones  de gran prestigio en España.

 

El monumento a Colón, obra del sevillano Antonio Susillo, fue inaugurado en 1905. Sus siete toneladas de peso incluyen la figura de un regio león que no debería estar campando por Valladolid, sino por Cuba. Pero la pérdida de aquella colonia española, a la que estaba destinada la gigantesca escultura, hizo que recalara en Valladolid.  El fiero león, coronado con un castillo, sostiene en una de sus temibles zarpas la N del “Non plus ultra”, una metáfora de la fe de la corona de Castilla y León en “destrozar” la idea de que no había más tierra continental que la que se acababa en Finisterre.

 

Y caminamos hacia la plaza de la Universidad, con  sigilo, pues pasaremos por delante de los leones que vigilan la casa de Mantilla.

 

El atrio de la Universidad tiene 18 columnas en las  que se encaraman 20 leones. Los de las esquinas sujetan el escudo real, y el resto el Árbol de la Ciencia, emblema de la Universidad. Los pilares y sus figuras, recientemente, restaurados,  datan de 1724 y se hicieron con piedra de Campaspero. Tienen la boca entreabierta y en su día ostentaban una lengua  embutida y sostenida con plomo.

 

Seguimos en territorios universitarios. Traspasamos la cancela que da acceso a los jardines (antigua huerta) que hay entre el palacio de Santa Cruz y el colegio universitario. En ellos, a la sombra de la fachada del antiguo colegio jesuita de  San Ambrosio (siglo XVIII), que aquí se trajo en 1940 desde su emplazamiento original en la calle Ruíz Hernández,  sendos leones  sujetan el escudo de Castilla.

 

Nuestro safari fotográfico concluye delante de la fachada del templo de Santa María Magdalena, en cuya fachada se exhibe el que se considera escudo más grande de Valladolid, que corresponde con los emblemas de don Pedro  de la Gasca, sacerdote, diplomático y militar español del siglo XVI, elevado a la categoría de pacificador de Perú y que determinó que esta iglesia  fuera su última morada… a  poco que nos fijemos perfectamente se ve un león un tanto desdibujado en lo más alto del escudo.

 

NOTA: para quien quiera conocer algo más sobre  la presencia de estos fieros leones, amén de los legajos del Archivo Municipal de Valladolid y unas cuantas referencias dispersas en diversos textos, se puede acudir al libro sobre el Campo Grande de María Antonia Fernández del Hoyo, al Catálogo Monumental de Valladolid, o a la revista Atticus de diciembre de 2010.


EL CAMINO REAL DE ARAGÓN Y LAS MAMBLAS DE TUDELA

$
0
0

Muy perdido en la memoria de la gente, pero no desaparecido, el Camino Real de Aragón, que también se conoce como camino o senda de los Aragoneses, fue un importante itinerario medieval de la España interior. Servía de vía de comunicación entre los reinos de Castilla y Aragón y para ello atravesaba de Este a Oeste la provincia de Valladolid siguiendo el curso del Duero por su orilla derecha. Una desafortunada señalización en los mapas topográficos actuales y algunos percances naturales que han desdibujado el camino en algún tramo, contribuyen aún más si cabe a borrar las huellas del camino que, sin embargo, aún perviven y son visibles.

Este camino, que viene de Roa de Duero, entra en Valladolid por Corrales de Duero y, además de poblaciones, fue buscando algunas grandes granjas (Sardoncillo) e importantes monasterios, como el de San Bernardo o el de Abrojo. Debe tenerse en cuenta que los que lo transitaban necesitaban de lugares donde ampararse durante la noche, proveerse de viandas y guarecerse en días de adversas condiciones climáticas.

Ahora, con las  autopistas sobre las que circulan grandes camiones cargados de mercancías y vehículos confortables a alta velocidad, ya no se es consciente de que apenas hace cien años aún los desplazamientos entre poblaciones se hacían a pie, salvo nobles y burgueses que disponían de caballerías.

Antiguamente la mayoría de la población moría donde  nacía, y apenas hacía largos desplazamientos. No obstante, el camino Real de Aragón fue vía de comunicación para las más diversas necesidades: las migraciones para trabajos temporeros; los soldados de permiso o de vuelta a casa tras su licencia;  familias que tenían que atender el duelo de deudos cercanos… Por el camino trajinaban profesionales que iban a ofrecer su pericia pueblo por pueblo (alarifes, lañadores, cómicos, curanderos…), vendedores ambulantes y hortelanos de ligera carga. Seguramente, además, había cacharreros ofreciendo cántaros y otros recipientes.

Tampoco faltarían letrados y litigantes camino de los juzgados y la Chancillería vallisoletana —era un foco de actividad muy importante—, hidalgos y nobles que iban y venían a atender sus intereses a la Corte, a las ciudades principales (Valladolid, Zaragoza…) o a sus posesiones de los municipios del camino. Y monjes y frailes de los conventos ribereños del Duero, que con alguna frecuencia viajaban para atender asuntos y pleitos relacionados con sus extensas y repartidas propiedades: pastos, molinos, tierras de labranza…

… Y ¿por dónde viajó nuestro insigne Conde Ansúrez cuando marchó a defender los intereses de su yerno y nieto en las tierras catalanas de Urgel, sino por este camino?

El Camino Real de Aragón a su paso por Valladolid también ha servido para alimentar la fantasía, pues en Tudela de Duero algunas familias cuentan a sus hijos que cada 6 de enero los Reyes Magos vienen por el camino de los Aragoneses. Y no mienten, pues el camino viene de Oriente.

Pero aquellos desplazamientos necesitaban, además de aldeas o granjas donde refugiarse, de accidentes geográficos que permitieran a los viajeros orientarse y verificar que se hallaban en el buen camino: ríos, arroyos, grandes árboles, montes… en fin, alguna singularidad del paisaje que es, en definitiva, lo que ofrecen las Mamblas de Tudela a cuyos pies vamos a recorrer un tramo del Camino Real de Aragón y luego subirlas para disfrutar de espléndidos paisajes. Será un paseo de apenas un par de horas.

Iniciamos nuestro paseo por un camino que nace al pie de la carretera que desde Tudela lleva a Villabáñez.

 

1

La senda de los Aragoneses entra en el término de Tudela de Duero después de haber salvado los cortados de Peñalba, y tiene su principal referencia en las llamadas Mamblas. El término mambla viene del latín “mamma”… mámula… es decir mama, teta, pecho como queda de manifiesto en el perfil que ofrecen las de Tudela

 2

Atrás, salvado Peñalba dejamos una de las Mamblas. Hay que aclarar que las llamadas Mamblas de Tudela son, en realidad tres picos: el de la Mambla a la izquierda, el de la Cuchilla, a la derecha y, lo dicho, otra Mambla que apunta a Villabáñez

 
3

4

5

Aunque llegó al siglo XX muy en desuso para comunicar los reinos de Aragón y Castilla, sí ha continuado su uso al menos en los tránsitos interiores: en el puente medieval sobre el arroyo Jaramiel, al pie de la Mambla de Tudela (allí donde a la derecha un amplio camino se adentra en el valle del Jaramiel), se atestiguan obras de consolidación en 1892, tal como reza en la piedra clave que mira hacia el Sur. En este punto volvemos sobre nuestros pasos para subir a la Mambla

 6

8

Según ascendemos el camino que separa la Mambla y la Cuchilla, veremos algunas arruinadas construcciones que seguramente tengan que ver con el uso militar que  la Mambla tuvo brevemente, y con la actividad de extracción de yeso de una mina que todavía conserva en su vientre…

 7

… También se ha escogido como lugar ideal para sendos depósitos de agua con los que, junto a los que hay en Piña de Esgueva,  abastecen a los municipios  del valle del Jaramiel y de la Esgueva con el agua captada en el Duero en Olivares y  Tudela respectivamente

 9

10

En la Mambla hubo una importante mina de yeso que estuvo en explotación  hasta los años 60 del s. XX,  con un breve paréntesis de uso militar (polvorín), y más tarde se empleó para cría de champiñones. Son muchas las minas de yeso que hay en Valladolid y que conoceremos con cierto detalle en un próximo artículo

 12

Subimos a lo alto de la Mambla (829  m.) desde donde tenemos amplísimas vistas. Frente a nosotros el pico de la Cuchilla (842 m), y al fondo, otra Mambla (831 m.)

 15

A vista de pájaro, la carretera que conduce hacia Villabáñez y Villavaquerín, cuyos caseríos se distinguen al fondo

 13

14

Arturo Dueñas rodó un documental sobre el pintor Cuadrado Lomas que se titula “Tierras  construidas”… seguramente desde aquí habría podido obtener excelentes planos

 16

Un sencillo plano para orientarnos en la excursión propuesta, aunque no tiene pérdida alguna… pues las Mamblas nos guían, como les ocurría a los viajeros de la Edad Media. En el ángulo inferior derecho está el punto de partida


ALLÁ EN EL FONDO DEL VALLE: ENCINAS DE ESGUEVA

$
0
0

Creció Encinas en una vaguada del páramo que cae hacia la Esgueva. Una vaguada flanqueada a uno y otro lado por el castillo de los Aguilar y la iglesia de San Mamés.

El caserío más antiguo está en la parte alta del municipio. Cosa lógica pues, a fin de cuentas, era una forma de dominar el valle. Ha de tenerse en cuenta que, ahora, este Esgueva  que discurre pacífico y sosegado, en otro tiempo fue frontera tanto entre los reinos moros y cristianos, como entre los de León y Castilla, y vía de penetración de cualquier posible invasión que viniera del norte o del este.  Además,  era una forma de estar a salvo de las riadas de la Esgueva que aunque en la actualidad ofrece un caudal modesto, esconde una historia de crecidas y desbordamientos  recurrentes.

De la posición estratégica de Encinas da cuenta la existencia de restos vacceos hallados en sus inmediaciones, lo que habla de lugar apetecido para el asentamiento de civilizaciones antiguas. De esta ubicación estratégica también da cuenta el enclave de cruces de caminos en el que se halla: la carretera del valle que conduce hacia Palencia y Burgos siguiendo el cauce del río; los caminos, ahora carreteras, que conducen hacia Roa de Duero, Peñafiel (por el valle del Cuco) y Piñel.

Más todo ese pasado importante no ha impedido que, como todos los pueblos del valle, se halla ido despoblando.

 

 

Comenzaremos nuestro paseo en el castillo de los Aguilar, Condes de Encinas, que exhiben su escudo en el ángulo de una de las torres. Los inicios de la fortaleza se remontan al siglo XIV.

 

Lo más antigua del caserío se aloja en la parte alta del municipio, trepando por  un barco de la ladera del páramo que comunica con el valle del Duero y, desde cierta altura, mira hacia la Esgueva.  En el caserío destaca la Iglesia de San Mamés  (nombre que viene, parece, de “el que fue amamantado”) del siglo XIV con una  torre mocha, muy parecida a las de la cercana comarca del Cerrato, a la que  Encinas y otras  poblaciones de la Esgueva pertenecieron en otro tiempo.

 

Nuestro paseo por el pueblo nos llevará a unos agradables jardines, al frontón junto a la antigua escuela de niños;  y a la vuelta, frente a las escaleras que conducen a la iglesia, la vieja escuela de niñas, ahora centro social y tienda del pueblo.

 

La plaza Mayor, pequeña y recoleta, muestra en la fachada de una de sus casas un reloj de sol ajustado a las más estrictas normas “científicas” de funcionamiento.

 

El recorrido por las calles de Encinas nos ofrecerá diversas construcciones en las que piedra, adobe y ladrillo se dan la mano, amén del barrio de bodega. Y, en la calle Principal, donde está el restaurante Casa Paco –que ofrece un excelente lechazo- , hay una noble casa de 1921.

 

Si queremos alargar el paseo, tomaremos la carretera que conduce a Roa, y como a dos kilómetros  se eleva el Otero hasta los 926 metros, cien metros por encima de Encinas. Sostienen en el pueblo que tiene la misma altitud que el Cuchillejo (Castrillo de Duero), considerado el punto más alto de Valladolid (933 metros). Cierto es que apenas 7 metros les diferencia.

 

Y desde este Otero, y la carretera que lleva hasta él,  se contempla un  hermoso y extenso paisaje de Encinas,  y al fondo su  vecina Canillas, con  sendas columnas que no son sino los últimos restos de su antiguo castillo.

 

Ofrece Encinas la posibilidad de disfrutar de un embalse situado  a 1,5 km. del casco urbano. Sobre él podemos encontrar un artículo en este mismo blog: “Un rincón insólito en el Valle Esgueva”.


VILLAVAQUERÍN, EVOCACIÓN DE DELIBES

$
0
0

Vamos a pasear por territorio  de Villavaquerín, un municipio del valle del arroyo Jaramiel. Pueblo que  oficialmente aún conserva el apellido “de Cerrato”, denotativo de su antigua pertenencia a aquella comarca predominantemente palentina.

NOTA AL MARGEN: ME COMENTAN EN DOS LIBRERÍAS QUE MI LIBRO POZOS DE NIEVE Y COMERCIO DE HIELO EN LA PROVINCIA DE VALLADOLID ESTÁ SIENDO EL MÁS VENDIDO DE LOS LIBROS DE NO FICCIÓN.

Este municipio tiene cierta popularidad pues en él se rodaron escenas de la película “Las ratas”, basada en la novela de Miguel Delibes, en la que muchos vecinos aparecen como extras. También  una antigua finca de su término municipal (la Sinova) es mencionada por el escritor en su “Diario de un cazador” y otras novelas por haberla frecuentado en sus incursiones por el campo escopeta en mano.

Son días de paisajes. La primavera muestra una de las paletas cromáticas más hermosas de Valladolid: vallejos o barcos, laderas y páramos ofrecen matices y contrastes solo disfrutables en esta época del año, a pesar de que la lluvia se muestra esquiva haciendo peligrar cosechas.

La luz es especialmente clara y transparente, y  el viento, con trazas todavía invernales, sopla con fuerza en el páramo.

Andaremos como cuatro kilómetros por el valle de Valdeguinte, siguiendo un camino perfectamente marcado: detrás de la iglesia y pasadas las bodegas, nos encaminamos hacia el cementerio, más antes de que incluso lo veamos, un camino, llamado en el pueblo de Olivares (por conducir hacia aquella población), lame la ladera que nos irá conduciendo hasta el páramo. Cuando veamos una bifurcación, ya  encajados en el barco, sin duda hay que tomar el de la derecha.

Pues vamos a ello.

 

En la década de los 60 se incendió la casa consistorial, que se rehabilitó por completo en 1998, cuando fue reinaugurada. Al fondo la iglesia de Santa Cecilia, del siglo XVI y cuyo pórtico aparece expresamente en “Las ratas”.

 

El caserío de Villavaquerín, desde el camino que llevamos, con el barrio de bodegas en primer término. El pueblo tuvo castillo y llegó a estar enteramente fortificado durante la Edad Media.

 

Barco y camino que irá marcando nuestro itinerario.

 

Paisaje desde el camino de Olivares.

 

Llegados al páramo de Buenos Aires, diversas perfectivas… árboles aún desnudos pespuntean el paisaje.

 

La vuelta nos permitirá observar una panorámica de las Mamblas de Tudela, y la Mambla (a la izquierda) de Villabáñez.

 

Merece la pena demorarse un rato por el barrio de bodegas: las hay para todos los gustos y estilos.

 

Un plano que nos ayudará a situarnos en la ruta: 1 Villavaquerín; 2 camino de Olivares; 3 páramo.


ROTURAS: PARA ASOMARNOS A EXTENSOS PAISAJES

$
0
0

Roturas es un pueblo agazapado en un escondido rincón del Duero. Desde Pesquera sale la única carretera que llega (y muere) a Roturas, una población muy, muy pequeña que trata de sacar cabeza mediante el turismo rural.

Nos acercamos hasta él pues, sin duda, es un lugar recoleto y con encanto, a pesar de que su caserío nos ofrece numerosas casas en ruinas… el terrible signo de los tiempos de algunos municipios vallisoletanos.

Nuestro objetivo es asomarnos al valle del Duero desde el balcón natural que nos regala con  una vasta y espléndida panorámica.

El  lugar de destino de nuestro paseo, de como una hora entre ida y vuelta, es el pico Tres Fuentes,  y recomiendo llevar unos prismáticos.

 

Desde la carretera que conduce a Roturas (que se ve a la izquierda de la imagen), se divisa – a la derecha-  el roquedo (Tres Fuentes), destino de nuestro paseo.

 

 

Fuente en la plaza, del siglo XIX, desde donde iniciamos el recorrido que pasa por la fachada de la Casa Consistorial.

 

Por el camino de Curiel, que sale pegado a la iglesia, nos iremos encaramando por el “cerral”, que bordearemos hasta llegar al balcón de Tres Fuentes. Llegados prácticamente arriba, dejamos a nuestra izquierda el camino que atraviesa el páramo y  conduce hasta Curiel,  y nos ceñimos al cantil del páramo.

 

El paseo,  sencillo, y  agradable, solo consiste en ir deleitándonos con el paisaje. Antes había muchos nogales por el entorno pero, según relatan algunos viejos vecinos, en los años cincuenta vinieron ebanistas del país Vasco comprando la magnífica madera de estos árboles, lo que llevó a que se cortara la mayoría de ellos.

 

El cementerio, que duerme entre majuelos.

 

Desde el pico Tres Fuentes, posadero de buitres, se divisa una extensísima panorámica. A nuestra izquierda, por encima del páramo, se yergue la torre del castillo de Peñafiel. A nuestro pies, Pesquera (auténtica catedral del vino); y, sucesivamente (de izquierda a derecha): Padilla de Duero, Quintanilla de Arriba, Monasterio de San Bernardo, y el municipio de San Bernardo.

 

Antes de comenzar el camino, o a la vuelta, detengámonos en el edificio  que hay junto a la iglesia. Se trata de un antiguo lagar que conserva toda su estructura, salvo el husillo. Se barrunta que terminará por derruirse, habida cuenta de que sus propietarios no parecen interesados ni en restaurarlo ni en venderlo.

 

La planta alta de la Casa Consistorial conserva la vieja escuela. Es visitable, para lo que hay que preguntar por la persona que guarda la llave.

 


Viewing all 516 articles
Browse latest View live